Decir la verdad es como escribir bien;
se aprende a fuerza de ejercicio (John Ruskin).
¿Cuántas veces hemos escuchado a una persona que dice… “yo tengo un problema, es que soy muy sincera”? Ciertamente existe un problema. Sin embargo, el problema no es uno de sinceridad. En opinión de la psicóloga Alicia Escaño Hidalgo, “no siempre ser sincero es una virtud ya que la educación y el respeto deben ir por delante y más si se trata de expresar algo que a nadie le va a servir ni le va a interesar. Escupir todo lo que pasa por la mente de uno es un signo de retraso social, de no adaptación a las reglas del juego”.
Es que el ser honestos poco o nada tiene que ver con la falta de tacto, empatía y malas actitudes. El “ser sinceros u honestos” como dicen, no da derecho a herir y faltar el respeto a los demás. Es ahí precisamente donde radica el grave problema. No se le dice a una joven madre que pierde a su hijo “no te preocupes que tú eres joven y puedes tener otro hijo”. Podrá ser completamente cierto que sea joven y que pueda tener otro hijo, pero no deja de ser un acto de insensibilidad absoluta por parte de quien lanza el comentario. Tampoco se le dice a quien acaba de perder a su padre de 98 años, «bueno… era de esperarse porque ya estaba tan viejo además, mucho duró». Eso no es sinceridad ni honestidad, es imprudencia. Por otro lado, ¿que me dice de las personas opinando en cuanto al peso de los demás? «Nene, le estás haciendo competencia al muñeco de Michelin».
Los psicólogos han adoptado el término, sincericidio para definir el comportamiento de las personas que tienden a ser según ellas “muy sinceras”. Lanzan sus opiniones sin medir cuan hirientes y dañinas pueden ser sus palabras para los demás, ya que no cuentan con tacto o consideración alguna. Es una práctica que promueve graves conflictos tanto en el entorno laboral como en el familiar o social, elevando los niveles de toxicidad en el ambiente. Se percibe como comportamiento maleducado, dañino y malévolo.
Para Llaguno (2017), sinceridad es hablar con la verdad; sincericidio es usar la verdad para provocar daño; a otros o a mí mismo. Se trata de ser imprudente y falto de bondad mientras se utiliza como defensa la tan amada libertad de expresión. El sincericida siempre alega ser “sumamente honesto e incomprendido por ello”. Sin embargo, no es capaz de entender que el rechazo no es hacia su honestidad sino al puñal que entierran sus palabras.
Mi recomendación si usted tiene en su entorno a un sincericida es que aparte esa persona de su vida. En el artículo “Agrega valor a tu vida”, explico la importancia de rodearnos de personas que nos sumen, nunca que resten. Recuerde que la sinceridad y la honestidad son valores muy importantes en el ser humano, pero… para que sea así es necesario que vengan acompañados de empatía y bondad.
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Como puedes modificarlo
Saludos Sonia:
Si observamos la conducta en nosotros… Lo primero que tenemos que hacer para modificar una conducta es reconocer dicha conducta y buscar o aceptar ayuda. En el caso del tema de los sincericidas, esto se trata de al menos tres elementos a considerar, la buena educación, prudencia y empatía. Los valores que podamos tener nos guiarán en nuestras acciones. Es importante tener en cuenta que no podemos decir todo lo que pensamos especialmente sin buscar las palabras adecuadas. Debemos preguntarnos si lo que vamos a decir beneficiará al otro o si simplemente estamos descargando alguna insatisfacción que tengamos. Reflexionar en eso de “no hagas a los demás, lo que no te gustaría que te hicieran a ti”. ¿Cómo nos sentiríamos con la llamada sinceridad de un sincericida? Es importante destacar que todos en algón momento de nuestra vida hemos sido imprudentes al comunicar alguna verdad. La diferencia está en si fue una vez o si es una características que nos acompaña las 24 horas del día.
Una vez reconocido el problema, podemos educarnos en cuanto a técnicas de modificación de conducta, comunicación efectiva e inteligencia emocional por ejemplo. La llegada del internet nos permite la búsqueda de información y hasta tomar gratuitamente talleres, conferencia y lecturas.
En le caso de tener cerca un sincericida… Reflexione sobre cuál es el mensaje que le está llevando esa persona. ¿Le está atacando de esa forma para llevarle algún otro mensaje a usted? Luego y según su nivel de cercanía o confianza, hable directamente con la persona y explíquele cómo se siente con la forma de expresarle su “sinceridad”. Hágale claro que usted valora la sinceridad pero la agradecería con un poco de bondad. Dele la oportunidad de reflexionar al respecto y observe si la persona realiza un genuino intento por modificar su conducta. Sabemos que esto no ocurre de un día para otro pero… si usted no observa cambios y la conducta de esa persona le afecta, inevitablemente debe considar alejarse o reducir los encuentros con esa persona. Su salud emocional debe ser protegida y a nadie le gusta estar siendo atacada constantemente por los demás.
Recuerde que buscar ayuda no tiene que ver con dinero. Usted puede acercarse a alguna universidad de su comunidad para que personal del área de consejería, psicología, trabajo social etc., le brinden ayuda gratuita. Si practica alguna religión, también puede contactar grupos de apoyo en su iglesia.
Espero haber clarificado tu inquietud.
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