Es necesario tener un proyecto de vida. En cierta forma significa que aspiramos a más y que trabajamos en ello. La importancia de tener un proyecto de vida bien identificado radica en sus beneficios. Estos pueden ser entre otros que:
- ayuda a permanecer en carrera.
- permite ver la ruta claramente.
- anima a seguir adelante tras nuestros objetivos.
- inyecta energía a nuestras vidas.
- sirve de inspiración y nos alienta en los momentos donde el agotamiento nos invade.
Si bien es cierto que tener un proyecto de vida nos ayuda a sentir realizados y encontrarnos en bienestar, no es menos cierto que existen personas que no cuentan con uno. Nada tiene que ver con el vivir aquí y ahora que es algo maravilloso. Esm{as bien como decir que esas personas sencillamente existen sin más. No hay emociones, ni aspiraciones mayores en la vida. Ante un panorama así, es muy probable que estemos frente a un caso de depresión. Casi podría decir que se trata de abandonarse a la existencia y nada más.
Hace unas semanas tuve una de las experiencias más tristes que he enfrentado. Me encontré con un amigo. Fue difícil iniciar la conversación, porque ya sabía por referencias que no quería hablar con nadie. La situación en la que coincidimos le obligó a ser amable y compartir algunas palabras. Ese amigo con quien tantos momentos alegres compartí en el pasado juento a mi familia, apenas sostenía su mirada con la mía. Fue entonces cuando con esa continua mirada baja me dijo –“no tengo proyecto de vida en estos momentos”.
Sentí que mi corazón fue traspasado por un puñal. Sabía lo que estaba ocurriendo y yo no era la persona que podría hacer algo más allá de extender una palabra de aliento. ¡Cuánta amargura debía existir en la vida de ese amigo para asegurarme el no tener un proyecto de vida! Una persona brillante con eso que llaman “don de gente”. El alma de la fiesta. El que siempre está dispuesto a ayudar a los demás. Exitoso en lo profesional, exitoso en los deportes y en cada proyecto que inició a lo largo de su vida. Hoy sencillamente sintiéndose y mostrándose como si su luz se hubiese apagado aún en vida. La inmisericorde depresión. Esa que parece no dar tregua en muchos casos, se apoderó de su vida y ya no puede ver más allá de su propio cuerpo.
Comprendí que hay momentos donde nuestras herramientas y optimismo no pueden ayudar mucho o al menos no son suficientes. Como dicen en mi país… zapatero a su zapato. En ocasiones se necesita un consejero, en otras un , otras un sacerdote y en otras un médico y muy a mi pesar yo no era la persona indicada para este asunto.
¿Qué si duele? Si… duele y duele mucho. Molesta y enoja mucho también. Fastidia no poder tomar la vida del otro en nuestras manos para comenzar a volar y mostrar otros rumbos. Hiere no poder poner en marcha lo que entendemos es la solución adecuada poniendo fin a tanto dolor. ¡Tan complicada la mente humana que se empeña en ver tan solo las puertas cerradas en vez de las hermosas vistas a través de tantas ventanas!
¡Cuanta ayuda hay esperando para ser entregada! ¡Cuantos ojos están dispuestos a acompañar en esa nueva mirada! Sin embargo, cuando hablamos de depresión profunda las herramientas parecieran pocas. Es necesaria mucha ayuda y pronta acción. Si lo detectamos a tiempo cuando apenas comienza, existe la posibilidad de tener conciencia de ello y poder superarlo a través de distintas estrategias. Si se apodera de nuestras vidas, ya es necesaria otro tipo de intervención y aceptar ayuda profesional médica urge.
Si comienzas a ver tu vida como una carente de sentido no dejes de buscar ayuda de inmediato. No puedes tomarte el riesgo de creer que tú solo puedes superarlo. No dudo que conozcas y tengas herramientas que pueden ayudarte a sentirte mejor, pero no te arriesgues perdiendo tiempo valioso de recuperación.
A ti que me lees en este momento… la vida puede presentarnos momentos de gran dificultad, pero te aseguro que no son mayores que todas las cosas buenas que están esperando por ti. Date la oportunidad de recibir ayuda. Es necesario identificar y trabajar con lo que quieres en y para tu vida. Recibe mi abrazo y nuevamente la certeza de que la vida puede mejorar.
Recuerda que tener un proyecto de vida nos sirve de inspiración y nos brinda la energía necesaria para seguir adelante… siempre adelante. Inicia tu proyecto de vida hoy mismo. Hay mucho por vivir, lograr y celebrar.
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