“No basta con que los líderes posean energía: su trabajo consiste en ayudar a los demás miembros de la empresa a generar su propia energía y transmitirla”. William N. Plamondon, actual CEO en R.I. Heller&Co.LLC
Trabajar teniendo la sensación de que no se sabe hace dónde se dirige el barco, no es tarea fácil. Tener dudas respecto a las funciones de cada cual, y sobre quien lleva la dirección en la empresa, sencillamente es desastroso para el empleado y para la empresa. No hablar con los empleados y explicar claramente cuando la empresa enfrenta dificultades, es sin duda una mala decisión que pasa factura. Sin embargo, a diario comparto con personas que se sienten así en sus lugares de trabajo.
Cuando no se tienen claramente definidas las tareas, procedimientos y puestos de empleo… se inicia en hundimiento empresarial. Cuando no se sabe por dónde va la empresa y lo que ocurre en ella… las personas se encuentran perdidas, la motivación desaparece y la incertidumbre aflora. La motivación se va de viaje, muy mal luce todo. Es necesario identificar de inmediato lo que ocurre y comenzar a ejercer un liderazgo fuerte y audaz.
Posiblemente la falta de comunicación o la comunicación “a medias”, es uno de los elementos que más afecta a la recuperación de una empresa o el cumplimiento de las metas de algún proyecto. Dejar pasar esto por alto y no tomar acción, pudiera arruinar el desempeño del líder. Ante la falta de información la empresa puede perder personal esencial que ha costado mucho esfuerzo, dinero y tiempo en adiestrar, lo que agravaría su situación.
En su artículo, “Gestión en tiempo de paz y liderazgo en tiempo de guerra”, Judith M. Bardwick, quien es asesora en dirección empresarial, indica lo siguiente: “cuando el mundo causa miedo y el futuro es incierto, cuando la gente tiene miedo, terror, presentimientos y está agotada, las personas sienten la necesidad emocional de tener un líder, una persona en quien puedan confiar y con quien quieran llegar a un compromiso”. Dicho de otra forma… cuando las cosas van bien en la empresa, no es necesario un líder ya que, con solo un director las cosas irán marchando. Es cuando enfrentamos dificultades y necesitamos de brazos que remen en nuestra misma dirección, que nos urge un líder. Deseamos empleados que no abandonen el barco en el momento en el que más se les necesita. Gente solidaria que brinden esa milla extra que marcará la diferencia. Sin embargo, para poder contar con ese equipo ganador aún ante la adversidad y la crisis, es necesario cultivar esa relación entre líder y seguidor.
Como líder es recomendable:
- Comunicar de forma efectiva, utilizando los canales y el tono adecuados, sean buenas o malas las noticias.
- Ser consistentes en lo que se comunica. Tanto la ambivalencia como la falta de claridad en el mensaje, aumenta la incertidumbre y disminuye la motivación.
- No mienta al comunicar. Cuando los empleados perciben que se les miente, pierden el respeto y la confianza por sus líderes.
- No recurra a la manipulación al momento de comunicar.
- Aprenda a escuchar e interesarse por la opinión de los demás.
- Sea empático. Colóquese en el lugar de sus empleados y pregúntese ¿cómo se sentiría si tuviera dudas respecto a la estabilidad de su empresa?
- Tenga en cuenta los rumores de pasillo. Se sorprenderá de la cantidad de información que puede recopilar especialmente en cuanto al sentir de sus empleados.
- Acepte con humildad cuando se ha equivocado.
- Ocúpese de identificar cómo motivar a sus empleados
- Comparta su liderazgo, contribuya a generar nuevos líderes.
Recuerde siempre que usted se convierte en líder gracias a las personas que le elevan a tal categoría. Entonces… ejerza un buen y positivo liderazgo. Pida ayuda cuando la carga sea pesada. Respete las diferencias y agregue valor a la vida de quienes le siguen.
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Excelente artículo!